Cuenta la leyenda que en el silencio de las montañas del norte de Cataluña vivió el último descendiente del samurái Sai Win, ocupando su tiempo en encontrarse a sí mismo en la naturaleza. Un buen día, el silencio se quebrantó. De entre la vegetación aparecieron dos ciclistas que, decididos a explorar las montañas, encontraron al viejo samurái Sai Win. El sabio samurái decidió ayudar a los jóvenes compartiendo su sabiduría, sus consejos y su espíritu guerrero para encontrar la paz y la armonía. Tras convertirse en expertos en la disciplina, el samurái les dio su regalo de graduación: una Saracen Ariel, la bicicleta perfecta para el Enduro.
