Un exigente recorrido de 215 kilómetros con salida y llegada en Siena y 15 tramos de tierra de por medio fue el escenario donde se desarrolló la décimo octava edición de la Strade Bianche, una clásica en la que Tadej Pogacar volvió a convertirse en el principal protagonista tal y como ya hiciera en 2022 cuando logró su primera victoria.
El ciclista esloveno, integrante del UAE Team Emirates, se adjudicó por segunda vez la clásica por la Toscana tras lanzar un sorprendente ataque a 81 kilómetros de meta que no tuvo respuesta en el pelotón. El propio Pogacar, como si hubiera visto el futuro, había declarado antes de la prueba que atacaría en el tramo de Santa María. Y dicho y hecho, así lo hizo para ganar su segunda Strade Bianche.
Tadej Pogacar cruzó la línea de meta con un tiempo de 5 horas, 19 minutos y 45 segundos, sacando cerca de 3 minutos al letón Tom Skujins (Lidl-Trek), segundo clasificado. El belga Maxim van Gils (Lotto) completó el podio. Pogacar también logró establecer una marca histórica de esta clásica, superando los 42 segundos que había entre la máxima distancia entre el primero y el segundo clasificado en la historia de la prueba.
