La Unión Ciclista Internacional (UCI) ha anunciado una serie de cambios en su reglamento técnico que entrarán en vigor a partir del 1 de enero de 2026, dirigidos a limitar ciertas características de las bicicletas utilizadas en competición. Estas modificaciones, que afectan principalmente al ancho de manillar, el perfil de las ruedas y el paso de rueda, han generado un intenso debate entre fabricantes, equipos y ciclistas profesionales.

Cambios en el ancho de manillar y el perfil de las ruedas en competición
Entre las nuevas medidas destaca la restricción del perfil máximo permitido para las llantas, que se fijará en 65 mm. Esto supone la exclusión de los recientes modelos de llantas de 70 y 80 mm, que varios fabricantes han desarrollado tanto para contrarreloj como para pruebas en ruta. Firmas reconocidas como Zipp y OQUO verán así restringido el uso de sus últimas innovaciones en el ámbito competitivo.
En cuanto al manillar, la normativa establece una anchura mínima de 400 mm entre los extremos exteriores y de 320 mm entre las manetas de freno, endureciendo el límite previo de 350 mm. En ciclismo en pista, la medida será de 350 mm, aunque la entrada en vigor se retrasa hasta 2027. El objetivo declarado es evitar configuraciones extremas que comprometan la seguridad y uniformidad en las carreras.
Otro de los puntos relevantes es el límite al paso de rueda, con un ancho máximo de horquilla de 115 mm en la parte frontal y de 145 mm en la trasera, que también entrará en vigor en 2026 para carretera y en 2027 para pista. La UCI justifica estos cambios tanto por razones de seguridad como para reducir la incidencia de posibles fraudes tecnológicos y moderar las velocidades medias alcanzadas en competición.
El proceso de desarrollo de estas normativas ha contado con la colaboración de la asociación SafeR, centrada en la protección del ciclismo profesional, y ha implicado la consulta a equipos, organizadores y ciclistas a través de diferentes encuestas y cuestionarios. Aun así, la decisión ha recibido duras críticas por parte de varios fabricantes, que consideran que estas limitaciones perjudican a ciertos perfiles de ciclistas, especialmente a los del sector femenino, y frenan la innovación en componentes.
Por otra parte, la UCI ha comunicado que se encuentra trabajando en una nueva regulación específica para cascos, destinada a diferenciar con claridad los modelos autorizados para pruebas en ruta y contrarreloj. Este cambio responde al auge de cascos aerodinámicos extremos y a la reciente proliferación de modelos de gran tamaño empleados en las grandes vueltas.