El ciclismo europeo volvió a rendirse ante Tadej Pogacar. El esloveno, reciente campeón del mundo en Ruanda, añadió un nuevo trofeo a su palmarés al imponerse en la prueba en línea del Campeonato de Europa disputado entre los departamentos franceses de Ardèche y Drôme. Su ataque, a más de 70 kilómetros de meta, fue suficiente para enfundarse el maillot azul con estrellas doradas y demostrar, una vez más, que atraviesa un momento de forma imparable.

El esloveno conquista el maillot estrellado con un ataque demoledor
La carrera, de 202,5 kilómetros y un recorrido plagado de ascensiones, tuvo como punto clave el tercer paso por el alto de Saint-Romain-de-Lerps, un puerto de siete kilómetros con rampas que alcanzan el 7,3%. Allí Pogacar soltó al belga Remco Evenepoel, su gran rival, para iniciar una cabalgada en solitario hasta la meta. El belga, con su habitual combatividad, logró rehacerse y asegurar la plata tras un esfuerzo sostenido que le permitió reducir ligeramente la diferencia en el tramo final.
El podio lo completó el joven francés Paul Seixas, de solo 19 años, que firmó una brillante actuación ante su público tras superar en los metros finales al italiano Christian Scaroni y al español Juan Ayuso. El ciclista alicantino, líder de la selección dirigida por Alejandro Valverde, mantuvo opciones de bronce durante gran parte de la jornada, aunque acabó sexto tras un esfuerzo titánico.
Pogacar detuvo el crono en 4 horas, 59 minutos y 29 segundos, con una media de 40,57 km/h. Evenepoel llegó 31 segundos más tarde y Seixas lo hizo a 3:41. El top 10 lo completaron Scaroni, Toms Skujins, Ayuso, Mattias Skjelmose, Pavel Sivakov, Gianmarco Garofoli y Romain Grégoire.
El dominio del esloveno se cimentó en su capacidad para mantener un ritmo inalcanzable en las ascensiones a la Cote de Val d’Enfer, un muro de 1,7 kilómetros al 9,3% de pendiente que sirvió para aumentar su ventaja y, en el último paso, sentenciar la carrera. La falta de entendimiento en el grupo perseguidor permitió que Pogacar consolidara su renta sin grandes sobresaltos.
Las hostilidades comenzaron pronto, a más de 100 kilómetros de meta, cuando el ritmo impuesto en la segunda subida a Saint-Romain-de-Lerps provocó la selección definitiva. Nombres como Jonas Vingegaard y Joao Almeida cedieron ante el empuje de los favoritos, lo que evidenció su falta de forma tras la reciente Vuelta a España.
El ataque decisivo de Pogacar, esperado por todos, fue un latigazo imposible de seguir. Evenepoel trató de mantener la distancia, mientras Seixas, Scaroni y Ayuso se unían en un cuarteto de persecución que nunca logró reducir la brecha. El esloveno, enfundado en el arcoíris y ahora también en el maillot estrellado, suma así un título que completa un año de ensueño y reafirma su condición de referencia absoluta del pelotón internacional.
Por su parte, Ayuso continúa acumulando experiencia y resultados notables como líder de la selección española. Su sexto puesto en Drôme Ardèche, sumado al octavo logrado en el Mundial de Ruanda, confirman su regularidad y su progresión como uno de los grandes nombres del ciclismo español de futuro.