La Vuelta a España 2026 ya tiene recorrido oficial y confirma una edición marcada por la variedad de terrenos, el peso de la montaña y una puesta en escena poco habitual. La ronda española se disputará del 22 de agosto al 13 de septiembre, con salida en Mónaco y final en Granada, tras un trazado de 3.275 kilómetros que atravesará cuatro países y concentrará su tramo decisivo en Andalucía.

Una primera semana explosiva y una tercera pensada para sentenciar la general
El inicio en Mónaco marcará el tono desde el primer día. La carrera arrancará con una contrarreloj individual de 9 kilómetros por las calles del Principado, un esfuerzo corto pero suficiente para establecer las primeras diferencias entre los aspirantes a la general y obligar a varios equipos a asumir responsabilidades desde muy pronto.
Tras la apertura contra el crono, el pelotón afrontará una larga etapa en línea hacia Manosque, antes de encadenar los primeros finales exigentes en territorio francés y andorrano. El final en Font Romeu y la jornada corta y muy montañosa en Andorra servirán para evaluar el estado real de forma de los favoritos en los primeros días de competición.
La entrada en España llegará en la quinta etapa y lo hará sin concesiones. El recorrido introduce una de las principales novedades del trazado con un tramo de tierra en la subida al Bartolo, antes del descenso final hacia Castellón. Un guiño al sterrato que añade un componente técnico y táctico en una jornada donde la colocación y la gestión del esfuerzo serán claves.
El bloque mediterráneo combinará oportunidades para los sprinters con perfiles engañosos. Etapas aparentemente favorables para el esprint incluirán cotas capaces de romper el pelotón si el ritmo se endurece, un detalle que puede dejar fuera de juego a los velocistas más puros.
El primer gran examen de fondo llegará con la etapa entre Villajoyosa y el Alto de Aitana. Con un desnivel acumulado que supera los 5.000 metros, se presenta como el primer día realmente decisivo para la clasificación general, especialmente si el calor propio de finales de agosto hace acto de presencia.
Tras la jornada de descanso, la carrera se dirigirá hacia el sur con Andalucía como gran protagonista. La etapa Vera–Calar Alto, con el encadenado de Velefique y el ascenso final al histórico puerto almeriense, ofrecerá terreno para ataques lejanos y movimientos estratégicos de los equipos con ambiciones en la general.
La segunda mitad de la carrera alternará etapas quebradas con finales en alto de desgaste progresivo. Jornadas como Almuñécar–Loja servirán de transición antes de afrontar subidas tan reconocibles como Sierra de la Pandera, un puerto exigente donde los errores suelen pagarse caros.
Uno de los puntos tácticos más relevantes llegará en la tercera semana con la contrarreloj individual de 32 kilómetros entre El Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera. Un recorrido expuesto al viento que puede provocar diferencias significativas y obligar a replantear estrategias antes del tramo final de montaña.
El desenlace montañoso quedará reservado para los últimos días. La penúltima etapa, con más de 5.000 metros de desnivel positivo y final en el inédito Collado del Alguacil (8,3 km al 9,8%), está diseñada para ataques ambiciosos y apunta a ser el escenario definitivo para decidir la victoria.
La Vuelta 2026 concluirá en Granada con una etapa final poco convencional. El circuito urbano incluirá la subida a la Alhambra, un final que rompe con el clásico paseo para sprinters y abre la puerta a un cierre más abierto, dependiendo del control del pelotón y del estado de fuerzas tras tres semanas exigentes.
Con una salida internacional, presencia de tramos de tierra, dos contrarrelojes y una fuerte apuesta por la montaña andaluza, La Vuelta a España 2026 presenta un recorrido equilibrado y exigente, pensado para premiar a los corredores completos y castigar la falta de regularidad.